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viernes, 9 de noviembre de 2012

Actual cambio climático V: ¿Qué ocurre en España?



Publicado el 14 del 11 de 2012


Viene de aquí.

El problema de la discordancia entre la comunicación respecto al efecto de la actividad humana en el cambio climático terrestre y los hechos científicamente demostrados es general, pero la problemática es acuciante en España, país en el que voy a centrar este somero análisis por ser el caso que mejor conozco.
En nuestro país, la importancia de la ciencia a nivel social es en general tremendamente baja, y, sin embargo, aquella que se refiere al cambio climático parece tan relevante que todo el país está dispuesto a dar su opinión o a tergiversar y manipular a su antojo las palabras de los expertos que estudian el tema.
Absurdamente, en España la negación de que el cambio climático sucede se ha transformado en una herramienta de batalla política: la ignorancia frente a la realidad. Esto ha dado como resultado situaciones tan demoledoramente kafkianas que solo son cómicamente asumibles en una sociedad como la nuestra.
  Y es que el propio Mariano Rajoy, aspirante a la presidencia de nuestro país y conocido curricularmente por sus continuas desafortunadas declaraciones, en su momento llegó a declarar, poniendo en boca de un primo físico suyo, que “Oiga, he traído aquí a diez de los más importantes científicos del mundo y ninguno me ha garantizado el tiempo que iba a hacer mañana en Sevilla. ¿Cómo alguien puede decir lo que va a pasar en el mundo dentro de 300 años?”


Se ve que este hombre no puede ser climatólogo. Aunque yo diría que tampoco gestor de nada y mucho menos presidente de gobierno, aunque en España está visto que cualquier sociópata merluzo puede llegar a ser presidente, véase José María Aznar...
No se necesitan estudios de secundaria para interpretar que la relación entre el tiempo del fin de semana y la climatología global no pueden relacionarse usando una frase tan simplista como la expuesta anteriormente. Y, además, por descontado que nadie con un mínimo de criterio ha osado hacer nada similar a lo que su pregunta plantea, por lo ridículo que hubiese sido.  Por lo que el solo hecho de que un aspirante a presidente de un país sea capaz y tenga la desvergüenza y la desfachatez de pronunciar estas palabras públicamente a los medios de comunicación sin dimitir posteriormente de su cargo de responsabilidad en la política de turno, permite emitir un claro y tajante veredicto en respuesta a la pregunta planteada: ¿Qué ocurre en España?”. Que cada uno juzgue por sí mismo. 

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